Leer en forma lenta o rápida tiene distintos propósitos de aprendizaje. Conocer la finalidad de esta estrategia de lectura puede ayudarnos en nuestra tarea escolar y profesional.
Durante nuestros años universitarios nos topamos con dos trabajos importantes que involucran la velocidad de la lectura:
1. La comprensión de un texto. Buscamos la comprensión cuando queremos interiorizar el mensaje que nos trasmite algún documento.
2. La revisión superficial de un texto. Hacemos un “escaneo” o revisión superficial de un documento cuando buscamos información preliminar en libros, revistas, periódicos, etc.
La velocidad de la lectura varía según el objetivo que queremos lograr. Es importante pues, que nos preguntemos porqué estamos leyendo y para qué, partamos de ahí para elegir la velocidad de lectura más conveniente.
LENTO: LECTURA PARA ESTUDIAR
La velocidad más lenta al leer se utiliza para estudiar. Cuando estudiamos, queremos percatarnos de cada detalle. Asimismo, cuando leemos lentamente podemos percibir esos detalles. De esta forma, al leer detenidamente, recibimos una mayor cantidad de información y una mayor calidad de ella, que enriquece esta actividad y también nuestro conocimiento.
NORMAL: LECTURA PERSONAL
Cuando leemos con una velocidad estable, comúnmente es cuando leemos por recreación. Al estar involucrado el interés y la expectativa por lo que pueda pasar, la lectura personal se convierte en un momento donde se quisiera ir de prisa en algunos momentos y detenerse a fragmentar detalles en otro. Por esto, durante la lectura personal llevamos un ritmo normal y flexible.
RÁPIDO: LECTURA RÁPIDA
La lectura más veloz la realizamos cuando tenemos prisa. Leemos rápidamente cuando nuestro propósito no es tomar cada detalle, sino por el contrario, retener una idea general del texto.
Esta situación la encontramos cuando hojeamos un texto para revisar superficialmente su contenido, sobre todo si es mucha la información que queremos explorar. También leemos rápido si queremos obtener una visión general del documento y, de igual forma cuando intentamos trabajar rápido.
Un ejemplo de ello es durante una investigación en la biblioteca. Existen ocasiones en que tenemos muchas fuentes de información que pueden ser útiles para nuestro trabajo, pero no sabemos cuál de todas contiene la información más pertinente. La lectura rápida nos permite “escanear” libros, revistas, etc. para verificar si los datos que incluye son de nuestro interés.
Métodos de lectura rápida
Para desarrollar una lectura veloz es necesario conseguir un movimiento adecuado de los ojos, ampliar el vocabulario y aumentar la velocidad de comprensión con una lectura inteligente. Todo esto puede lograrse con la puesta en práctica.
Para poder leer rápidamente, se pueden utilizar diversos métodos o técnicas. A continuación se presentan algunas formas de lectura veloz, según June Crawford.
- Lectura en columnas. Nuestro ojo puede enfocar a la vez, 25 letras y espacios en blanco. Lo cual significa que somos capaces de ver una sola línea en una sola vez. Para lograr esto, debemos elevar nuestra vista ligeramente por encima de la línea impresa. La comprensión de la lectura con este método es elevada, sólo que es necesario practicarlo con frecuencia para desarrollar la amplitud del ojo.
- Lectura de palabras claves. Con este método leemos saltando palabras a lo largo del texto. Esto nos ayuda a comprender la idea principal del texto que revisamos. El uso de las palabras clave no se recomienda para estudiar, sin embargo, es muy útil para buscar información específica dentro de un documento determinado.
- Revisión superficial. Para este método se requiere utilizar habilidades organizativas. Se hace una lectura preliminar leyendo el título del material, el primer párrafo, el subtítulo y el último párrafo.
- Lectura de la primera oración. Comúnmente, la idea principal de un párrafo se encuentra en la primera oración. Para obtener una idea general de un documento, podemos leer las ideas principales, o las primeras oraciones de cada párrafo. Al unir la información de estas ideas, estaremos reconociendo la idea principal del material.
- Lectura rápida. Esta técnica consta en leer lo más rápido posible sin importar lo que leemos inicialmente. Al principio la comprensión es mínima y los ojos terminan cansados, pero mientras se va practicando, los ojos adquieren velocidad de movimiento y la comprensión va siendo mayor.
La clave para que estos métodos sean eficientes es utilizarlos. Sólo la práctica común de los mismos nos llevará a una lectura veloz adecuada para nuestras necesidades.
CONSEJOS ÚTILES PARA LA LECTURA
Para mejorar la velocidad de la lectura y la comprensión, se recomienda:
- Mejorar el vocabulario consultando frecuentemente el diccionario y haciendo fichas de las nuevas palabras que se aprenden.
- No leer más rápido de lo que la comprensión permite. Lo importante es comprender.
- Practicar la lectura durante tres o cuatro semanas intentando mejorar la comprensión y la rapidez durante 15 minutos cada día.
Requisitos para mejorar las aptitudes de lectura
1. Deseo de mejora.
2. Creer que es posible mejorar.
3 Comprender el proceso de lectura.
4. Comprender por qué lees despacio.
5. Compite contigo mismo.
6. Evita la tensión.
7. Practica.
¿Por qué leer de prisa?
Leer deprisa utilizando las técnicas adecuadas te permite leer más y memorizar mayor cantidad de contenido en menos tiempo.
Imagina por un momento que la semana que viene tienes que presentar un trabajo a tu formador/a y que para hacerlo correctamente tienes que leer 3 libros. ¿No sería fantástico que además de darte tiempo para leerlos los entendieras y así pudieras realizar un estupendo trabajo?
Algunas de las aptitudes necesarias para una buena lectura son: Capacidad para leer y comprender a altas velocidades, Capacidad para usar un ritmo variable en función de la finalidad y la dificultad, Capacidad para comprender las ideas principales o los pensamientos centrales del material de lectura, Capacidad para comprender y retener los detalles, Buena retención general, Capacidad para apreciar la organización del material, Capacidad para leer de manera crítica y valorativa.
¿Cómo leemos?
Leer implica elementos tanto físicos como mentales.
Respecto a los elementos mentales diremos que el término lectura será para nosotros sinónimo de comprensión.
Respecto a los elementos físicos diremos que el movimiento de los ojos en la lectura consiste en tres actividades:
1. La fijación. Tiene lugar cuando tus ojos se detienen.Es el momento en que se lee.
2. Los movimientos sacádicos. Si observas los ojos de alguna persona que está leyendo, verás que los movimientos no son suaves sino que el ojo va a saltos.
3. La barrida de retorno. Cuando los ojos alcanzan el final de la línea, pasan a la siguiente realizando este tercer movimiento.
Los lectores ineficaces:
Leen todo a la misma velocidad. Hay que adaptar la velocidad al nivel de dificultad.
Realizan movimientos ineficientes de los ojos. Regresiones innecesarias: vuelven atrás para releer material que ya habían leído Movimientos arrítmicos: saltan sus ojos alrededor de la página, especialmente cuando están cansados Barridas de retorno defectuosas: cuando terminan una línea, no vuelven rápidamente a la primera palabra de la siguiente Poca superficie de fijación: perciben sólo 4 palabras cada vez que sus ojos se fijan.
Subvocalizan. Se dicen las palabras según van leyéndolas.
Concentración Piensan en otras cosas cuando leen.
Los lectores eficientes leen el material aproximadamente de 3 a 5 veces más deprisa que el lector medio. Tienen un movimiento de los ojos suave y rítmico mientras van avanzando a lo largo del material, con pocas regresiones (o relecturas del material). Sus ojos siempre están en el lugar previsto, en vez de ir vagando por la página. También tienen una amplia zona de enfoque sobre las palabras. Han reducido su nivel de subvocalización (decirse a ellos mismos la palabra) a un mínimo. Tienen un enfoque flexible y sistemático para muchos tipos diferentes de material, así como buena concentración y memoria.
Adquirir mayor velocidad
Para que estos consejos se conviertan en realidad deberás practicar algunos ejercicios. Esto supone que te llevará un poco de tiempo, pero no te asustes, el resultado que obtendrás será excelente. Mejorarás tu velocidad de lectura y comprensión considerablemente.
Movimiento Básico de la Mano
El movimiento de la mano sirve para marcar el ritmo.
Tus ojos deben seguir al dedo a lo largo de las líneas impresas. Mueve tu dedo a lo largo de las líneas lo suficientemente despacio para entender, pero no dejes que tu dedo se pare. Aplica una ligera presión. Cuando el dedo llegue al final de la línea, practica una barrida de retorno con tu dedo y tus ojos. Recuerda que la barrida de retorno no es más que el movimiento que hace llevar tus ojos hasta la primera palabra de la siguiente línea.
Te propongo dos ejercicios:
1. Coge un libro y comienza a leerlo a toda velocidad siguiendo el movimiento de la mano e intentando leer el mayor número de palabras. No te preocupes si no lees todas las palabras, en este ejercicio lo importante es ir rápido. El efecto que conseguirás es similar al que ocurre cuando vas en un coche a 120 km/h y de repente bajas la velocidad a 50; parece que vas parado/a pero no se te ocurra bajarte del coche. Con la lectura igual, cuando termines los ejercicios y leas comprendiendo todas las palabras, aunque te parezca que vas lento/a seguro que vas mucho más rápido que antes de hacer los ejercicios. Haz este ejercicio de 5 a 10 minutos durante 5 días.
2. Coge otro libro y dale la vuelta. Sí, ponlo del revés, cabeza abajo. Ahora intenta leer siguiendo la mano. Seguramente, los ojos tenderán a quedarse atrás para entender las palabras pero tú oblígale a que sigan los ojos. Haz este ejercicio durante 5 minutos.
Movimiento en S de la Mano
El movimiento en S sirve para controlar la velocidad y ampliar las fijaciones.
Este movimiento se utiliza para simulacros de lectura, para repasos y para análisis previos. No sirve como método de lectura normal. Debes tener en cuenta que tu mano está definiendo una zona a la que deben mirar tus ojos, por eso no te preocupes si no puedes leer cuando vas marcha atrás.
Al principio tiene que resultarte incómodo, eso es una buena señal porque quiere decir que estás amenazando a tus viejos hábitos de lectura. La práctica es la clave de la comodidad. Cuanto más practiques más cómodo leerás, y por supuesto más rápido.
Ejercicio de simulacro de lectura:
1. En un libro selecciona tres mil palabras.
2. Tu objetivo es hacer un simulacro de lectura de esas tres mil palabras en un minuto y utilizando la técnica de la lectura en S.
3. Después de acabar con la sección de tres mil palabras apunta cualquier palabra que recuerdes haber visto.
4. separa otras tres mil palabras y repite el mismo ejercicio.
5. Añade cinco páginas a la sección que acabas de leer y haz un simulacro de lectura de esa sección, otra vez en un minuto.
Repite los pasos del 1 al 5 durante 50 minutos.
Movimiento Caótico
El movimiento caótico sirve fundamentalmente para ampliar las fijaciones. Este movimiento se utiliza únicamente para simulacros de lectura. No sirve como método de lectura normal.
El movimiento consiste en mover la mano por la página sin un rumbo fijo e intentando leer lo máximo posible. Intenta también entender qué es lo que dice en la página.
Entender lo que dice es francamente difícil, pero no olvides que este movimiento tiene como objetivo únicamente que amplíes el área de fijación.
Este es uno de los ejercicios que menos tiempo requiere.
Coge un libro y durante un minuto utilizando el movimiento caótico intenta leer lo que puedas. No es conveniente ir muy rápido porque no serás capaz de leer nada.
Una vez transcurrido el minuto, escribe en una hoja lo que has entendido.
Repite este ejercicio 5 veces durante 5 días.
Lectura de 2 en 2 líneas
La lectura de 2 en 2 líneas sirve para leer y para hacer simulacros que te ayudarán a ampliar las fijaciones.
Al principio parece imposible poder leer de dos en dos líneas, pero practicando lo conseguirás.
No todos los textos pueden ser leídos de dos en dos líneas. Esta técnica la puedes utilizar sobre todo en documentos que están divididos en columnas, por ejemplo los periódicos, algunas revistas, etc.
¿Te imaginas leer el periódico en la mitad de tiempo? Pues eso es lo que conseguirás si practicas lo suficiente y no te desanimas al principio. Como todas las técnicas de lectura, ésta también cuesta al principio y las primeras veces uno no se entera de nada de lo que ha intentado leer. Esto es bueno porque significa que estás luchado contra tus viejos sistemas de lectura. Sigue practicando.
El ejercicio consiste en coger un periódico (que tenga columnas) y leer un artículo de 2 en 2 líneas. Una vez leído apunta en un papel de qué trata el artículo.
Realiza este ejercicio con 5 artículos durante 5 días.
Una vez que consigas leer de dos en dos líneas reteniendo la información suficiente para saber de qué tratan los artículos ya estás en disposición para leer siempre de esta manera los periódicos.
Comprender mejor lo leído
Leer deprisa está muy bien, pero si no consigues entender lo que lees la velocidad de lectura no te habrá servido para nada.
Para comprender mejor lo que lees tienes que dividir la información, leer todos los conceptos, ideas, hechos y detalles con atención cuidadosa y consciente e intentar relacionar lo leído con lo que sabes de antes. Tienes que reconstruir la información de acuerdo con la finalidad que tengas.
Si haces esto, dominarás la información leída y será más importante lo que tu sepas del tema que el mismo texto original.
Determinar la finalidad
La clave de la lectura eficiente está en emplear sólo la cantidad adecuada de tiempo y esfuerzos que exija para cumplir su finalidad.
Te propongo que antes de leer cualquier cosa te hagas unas preguntas.
Descripción física del material.
¿De dónde proviene el material?
¿Cuánto tienes que leer?
¿Qué relación guarda con tu trabajo, afición o interés?
¿Es oportuno el material?
Por qué leer el material.
¿Qué te impulsó a elegir esta selección?
¿La motivación fue interna o externa?
¿Qué tipo de información esperas del material?
¿Necesitas entender sólo los puntos principales, o también los hechos y detalles?
¿Darás a la nueva información algún uso?
¿Servirá para aumentar tus conocimientos sobre alguna materia?
¿Tendrás que exponer la información a otras personas?
Previsión del material.
¿Qué crees que vas a aprender de lo leído?
¿Crees que servirá para satisfacer tu finalidad al leerlo?
¿Crees que te resultará fácil o difícil entender la información?
¿Interesante o pesada?
¿Entretenida o seria?
Después de haber leído el material.
¿Estaban justificadas tus expectativas?
¿Has conseguido satisfacer las finalidades que perseguías?
¿Te ha ahorrado tiempo, o te ha supuesto un aumento de la comprensión del material el hecho de haberte planteado estas preguntas?
¿Si pudieras volver a leer por primera vez la selección, harías algo de manera diferente?
Inspeccionar
La finalidad de la inspección es darte una panorámica general del material.
¿Cómo se inspecciona?
Muy sencillo, tienes que mirar el índice, los capítulos, dibujos, gráficos, diagramas, resúmenes, preguntas.
Con la información que recojas de la inspección el cerebro se pondrá en marcha e intentará sin que te des cuenta dar una visión global de lo que leerás.
Además la inspección ayuda a reducir los temores ante lo que se leerá. Otra ventaja que se obtiene de la inspección es que refinarás la finalidad de la lectura y los objetivos. De esta manera podrás dividir el material a leer.
Una buena pauta para marcarse los objetivos de tiempo es recordar que una buena técnica es estudiar durante 50 minutos y descansar 10.
Hacer un Examen Previo
Consiste en avanzar a través del material a una velocidad de tres a cinco veces superior a tu velocidad normal de lectura (por ejemplo podrías utilizar la lectura en S), para reunir las principales ideas que se presenten.
En este examen previo tienes que identificar las áreas generales de información, buscar los conceptos más importantes, las ideas y las palabras clave.
El examen previo sensibiliza tu mente para recibir y organizar la información y te muestra el esquema general.
El examen previo te permitirá responder a las preguntas: ¿Cuánto tiempo de lectura? ¿Cuánta información se debe conseguir? ¿Cuánta información es esencial? ¿Qué nivel de comprensión se exige, y por lo tanto, qué técnicas se deben emplear para estudiar?
Leer
Bueno, llegó la hora de leer el material. Ahora no tienes que leer tan rápido, pero lee lo suficientemente rápido para evitar que el flujo de información se empantane y te obligue a perder la concentración.
Lee para responder a preguntas. Quiero decir con esto que leas los titulares importantes como si fueran preguntas, e intenta responder a esas preguntas.
Es bueno tener un lápiz en la mano para señalar los pasajes, las palabras o las frases importantes.
Releer / Remarcar
Una vez leído el material, y descansado un poco, vuelve a leer el material, pero esta vez a una velocidad dos veces superior a la anterior.
Cuando llegues a alguna marca hecha con el lápiz reduce la velocidad y si sigues viendo que es importante lo remarcas.
La relectura es útil para unificar el material dentro de un cuadro general, para darse cuenta de lo que se ha aprendido y qué no, y para fortalecer la información y así evitar un olvido inmediato.
PVI
Presentación Visual de la Información
Es importante tomar notas mientras se lee (hacer apuntes).
El PVI supone tres actividades:
1. Decir de otra forma. Pon la información con tus propias palabras y de una forma reducida.
2. Revisión. Tienes que revisar tus notas subrayando los puntos, frases o palabras clave.
3. Reorganización. Hacer un esquema organizado con todas las notas tomadas.
Mejorar la Concentración
La buena concentración en la lectura, o la capacidad de mantener tu atención pendiente de lo que tu quieres, se ve especialmente estimulada por las nuevas técnicas de velocidad y comprensión que has estado aprendiendo.
Sugerencias para mejorar la concentración:
Prepárate para concentrarte antes de empezar a leer.
Evita las distracciones externas.
Localiza el lugar adecuado.
Elimina interrupciones planeadas.
Elimina las distracciones sonoras.
Encuentra el momento adecuado.
Márcate objetivos (principio, centro y final).
Reduce las distracciones internas.
No des más largas a las cosas. hazlas ahora.
Controla tus inquietudes.
Ponte una disciplina.
Entusiásmate con lo que lees.
Descansa adecuadamente. 50 minutos de estudio 10 de descanso.
Tomado con fines didácticos de las páginas web: 2 http://www.estudiantes.info/tecnicas_de_estudio/tecnicas_de%20lectura.htm y http://www.aeg.es/lectura/. Prof: Carlos Vielma. Noviembre 2009. Unefa Yaracuy