lunes, 8 de febrero de 2010

SESIÓN 11: SIGNOS DE PUNTUACIÓN

LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN

Los signos de puntuación indican pausas obligatorias, delimitan las frases y los párrafos y establecen la jerarquía sintáctica de las proposiciones, consiguiendo así estructurar el texto, ordenar las ideas y jerarquizarlas en principales y secundarias, y eliminar ambigüedades.

Por eso requieren un empleo muy preciso; si se ponen en el lugar equivocado, las palabras y las frases dejan de decir lo que el autor quería decir.

La puntuación varía según el estilo de escritura; sin embargo, las diferencias de estilo que se puedan presentar no eximen a nadie de cumplir con ciertas normas mínimas y de evitar errores generalmente considerados como inaceptables. De ahí la importancia de conocer y aplicar las normas básicas de la puntuación.

No obstante, hay que advertir que más allá de cualquier norma establecida, los signos de puntuación componen también la arquitectura del pensamiento escrito. En este sentido, y tal y como sucede en poesía desde hace más de un siglo, no existen normas exactas para reglamentar el correcto uso de los signos en las partituras, tanto narrativas como poéticas. En términos de principios y parámetros, los signos de puntuación entrarían a formar parte de los parámetros del lenguaje, y en consecuencia se sitúan en un proceso de constante evolución y son variables que pueden depender de otros factores.

Si la finalidad última es la comunicación, podría resultar paradójico encontrarnos con licencias ortográficas que no respetan el modo convencional de escritura y que, sin embargo, expresan a la perfección los conceptos y los ritmos internos, invisibles de otra manera. Como ejemplo de variable «en el extremo» se situarían los cambios en las formas de escritura que están imponiendo los nuevos medios de comunicación, chat, blog, SMS... que más que atacar a las viejas estructuras del lenguaje realizan de él un uso específico, adecuado a la velocidad y otras características del medio en cuestión; aun cuando lo correcto es respetar el uso de los signos de puntuación y evitar la degradación de la lengua castellana por modismos y anglicismos.

Signos principales

Los principales signos de puntuación son: el punto, la coma, el punto y coma, las comillas, los paréntesis, los signos de interrogación, los puntos suspensivos y la raya.

El punto

El punto (.) es el signo de puntuación que se coloca al final de los enunciados y las oraciones gramaticales en el español, además de en la mayoría de los lenguajes con el alfabeto latino. Se escriben sin dejar espacio de separación con el carácter que precede, pero dejando un espacio con el carácter que sigue a continuación, a no ser que dicho carácter sea de cierre. Existen tres clases de punto: el punto y seguido, el punto y aparte y el punto final.

· Punto y seguido. Separa enunciados dentro de un párrafo. Quiere decir que se continúa escribiendo a continuación del punto; la primera palabra escrita en este caso irá en mayúsculas. Por ejemplo: «Historia de España. El descubrimiento de América». Se denomina punto y seguido, nombre más lógico y recomendable que el también usual de punto seguido.

· Punto y aparte. Separa dos párrafos de contenido diferente dentro del texto. A continuación hay que comenzar a escribir en línea distinta. Para seguir las normas se debe colocar sangría a la primera línea de texto del nuevo párrafo. Se denomina punto y aparte, aunque en algunas zonas de América se dice punto aparte.

· Punto final. Siempre se coloca al final, cerrando un texto o enunciado. No es correcta la denominación punto y final, creada por analogía de las correctas punto y seguido y punto y aparte.

También se usa el punto para indicar que la palabra anterior es una abreviatura. En este caso se escribe la abreviatura seguida del punto y se continúa escribiendo de forma usual. Esta última clase de punto no se aplica en determinadas abreviaturas como puntos cardinales, acrónimos o medidas, que se consideran símbolos.

La coma

La coma (,) es un signo de puntuación que señala una breve pausa dentro del enunciado. Se emplea para separar los miembros de una enumeración, salvo los que vengan precedidos por alguna de las conjunciones y, e, o, u o ni. Por ejemplo:

Tengo perros, gatos, conejos y ratones.María volvió a casa, hizo los deberes, cenó y se fue a la cama.Mi casa tiene muebles, mesas y cuatro camas.

Hay tendencias que admiten su uso para separar dos miembros independientes de una oración, haya o no conjunción entre ellos, siempre y cuando sean realmente independientes; pues, si no, estaríamos en el caso anterior:

Los soldados saludaban, la gente aplaudía y los niños no paraban de cantar.

También se utiliza para delimitar una aclaración o inciso:

Nacho, mi primo, acaba de conseguir su primer empleo.

Las locuciones conjuntivas o adverbiales, sea cual sea su posición, van precedidas y seguidas de coma, tales como: en efecto, es decir, en fin, por consiguiente, no obstante y otras de la misma clase.

El punto y coma

El punto y coma (;) es un signo de puntuación; gramaticalmente, se utiliza para unir dos oraciones relacionadas en una sola frase (yuxtaposición):

María estaba apenada por el examen. + María tendrá que estudiar más. = María estaba apenada por el examen; tendrá que estudiar más.Está lloviendo mucho. + No podremos ir caminando. = Está lloviendo mucho; no podremos ir caminando.

Generalmente se puede sustituir por construcciones del tipo:

María estaba apenada por el examen y tendrá que estudiar más.No podremos ir caminando porque está lloviendo mucho.

También sirve para separar los elementos de una enumeración cuando se trata de expresiones que incluyen comas:

Había que estar en contacto con la naturaleza; dejar entrar el cielo, el mar y el viento; dormir sobre tablones, sobre el suelo; sentarse en sillas medio rotas.

En adición, se usa delante de las conjunciones o locuciones como pero, más, aunque, sin embargo, por tanto, y por consiguiente cuando los períodos tienen cierta longitud:

Creemos en la creatividad y la ruptura de los opresores cánones antiguos como medio de vida; no obstante, somos conscientes de que es necesario mantener un mínimo de tradición en nuestros trabajos.

Las comillas

Las comillas (« », “ ”, ‘ ’) son signos de puntuación que se ponen al principio y al final de las frases o palabras escritas como citas o ejemplos o de aquellas que se quiere destacar, ya sea por importancia que le dé el autor o por su carácter irónico, vulgar o extranjero e impropio de la lengua que se está usando. A pesar de que está verdaderamente extendido el uso de las comillas inglesas (“ ”) es preferible emplear antes las angulares o españolas (« ») y reservar aquéllas, y finalmente las simples (‘ ’), para cuando deban entrecomillarse partes de un texto ya entrecomillado. Se utilizan, por ejemplo:

1. Para citar textualmente algo: p. ej., «Me dijo que “supuestamente llegaría hoy”».

2. Para señalar palabras usadas en un sentido distinto del normal, con el fin de indicar que se han seleccionado intencionalmente y no por error.

3. Para indicar la intención irónica o sarcástica del empleo de una palabra.

4. Para indicar algo sobre una palabra o expresión.

5. Para presentar el significado de una palabra o expresión.

6. Para destacar que una palabra o expresión es extranjera, se trata de un apodo o de un seudónimo.

En español se utilizan tres tipos de comillas:

1. Comillas castellanas, latinas, españolas, angulares dobles o guillemot (« »).

2. Comillas dobles o inglesas (“ ”).

3. Comillas simples (‘ ’).

Asimismo, se distingue entre comillas de apertura («, “, ‘) y comillas de cierre (», ”, ’).

Cada uno de estos signos tiene su propio uso. Como norma general, como primera opción se utilizan las comillas angulares. Si dentro de lo ya entrecomillado apareciera una segunda cita, se utilizarían otras comillas, siendo preferibles las inglesas, para dejar como recurso final las simples. Lo más frecuente es entrecomillar, desde fuera hacia dentro, en el orden siguiente: «...“...‘...’...”...»

Las comillas simples se utilizan para marcar ejemplos en casos en que no resulta apropiado el uso de la cursiva. También se prefiere su uso para presentar el significado de una palabra:

«—El autor dijo: “Las comillas ('signos de puntuación utilizados para demarcar niveles distintos en una oración') se usan profusamente en mi obra”.»

Dice la norma que los signos de puntuación de una oración que contiene un texto entrecomillado deben colocarse después de las comillas de cierre (sirva de ejemplo el anterior), excepto cuando ese texto no pertenece a ninguna otra oración, es decir, cuando la frase u oración entrecomillada es individual.

En español no se deja espacio alguno entre las comillas y su contenido. Cada idioma tiene sus propias normas de aplicación de las comillas.

Los paréntesis

Los paréntesis (en singular paréntesis) son signos de puntuación. Se usan en pares para separar o intercalar un texto dentro de otro o para hacer una aclaración. Los distintos tipos son:

· Los paréntesis propiamente dichos ( ).

· Los corchetes [ ].

· Las llaves { }.

Para distinguir ambos paréntesis se usa decir:

· Paréntesis que abre o paréntesis izquierdo al símbolo (.

· Paréntesis que cierra o paréntesis derecho al símbolo ).

Igual que las comillas, cuando se han de emplear varias veces en un mismo fragmento se utilizan de la siguiente manera: (...[...{...}...]...)

Signos de interrogación

El signo de interrogación es un signo de puntuación que denota una pregunta. Su origen se encuentra en el latín. La palabra «cuestión» viene del latín questio, o 'pregunta', abreviado como «Qo». Esta abreviación se transformó en el signo de interrogación.

En la mayoría de los idiomas se utiliza un único signo de interrogación al final de la frase interrogativa: How old are you? (inglés; en español «¿Cuántos años tienes?»). Este fue el uso habitual también en español, hasta mucho después de que la segunda edición de la Ortografía de la Real Academia, en 1754, declarase preceptivo iniciar las preguntas con el signo de apertura de interrogación invertido (¿), y terminarlas con el signo de interrogación ya existente (?) («¿Cuántos años tienes?») al tiempo que se ordenaba lo mismo para los signos de exclamación (¡) y (!). La adopción fue lenta, y se encuentran libros, incluso del siglo XIX, que no utilizan tales signos de apertura. Finalmente se generalizó, seguramente debido a que la sintaxis del español no ayuda en muchos casos a deducir en qué momento se inicia la frase interrogativa, como pasa en otros idiomas.

Una variante que no llegó a generalizarse fue la de utilizar la apertura sólo cuando el enunciado fuera largo, o con riesgo de ambigüedad, pero no para las frases breves y claramente interrogativas, como «Quién vive?». La influencia del inglés está haciendo retornar este viejo criterio. Incluso es común que en las salas de chat o conversaciones en línea en español se use solamente el signo (?) para preguntar, ya que ahorra tiempo al momento de presionar las teclas. Esto podría no tener gran importancia debido a que se está utilizando en conversaciones informales.

Signos de exclamación

Debe escribirse siempre uno para abrir (¡) y otro para cerrar (!), independientemente de la longitud de la frase, oración o fragmento que encierren. Se utilizan para señalar el carácter exclamativo de una oración. Se escriben para empezar y finalizar una oración exclamativa, exhortativa o imperativa. También van entre signos de exclamación las interjecciones:

· —¡Siéntate!

· —¡Qué linda estás!

· —¡Cuidado con el perro!

Puntos suspensivos

Los puntos suspensivos (...), que son tres —y solo tres— puntos sin espacios entre ellos, son un único signo de puntuación que se utiliza al final de una palabra, frase u oración en lugar del punto u otro signo. Se utilizan para dejar en duda o en suspense una acción y se representan por tres puntos consecutivos y alineados horizontalmente al nivel de la línea base de escritura. Es totalmente incorrecto escribir más de tres puntos para expresar este signo: no hacen falta más para dar sensación de suspense. puntuación varía según el estilo de escritura; sin embargo, las diferencias de estilo que se puedan presentar no eximen a nadie de cumplir con ciertas normas mínimas y de evitar errores generalmente considerados como inaceptables. De ahí la importancia de conocer y aplicar las normas básicas de la puntuación.

No obstante, hay que advertir que más allá de cualquier norma establecida, los signos de puntuación componen también la arquitectura del pensamiento escrito. En este sentido, y tal y como sucede en poesía desde hace más de un siglo, no existen normas exactas para reglamentar el correcto uso de los signos en las partituras, tanto narrativas como poéticas. En términos de principios y parámetros, los signos de puntuación entrarían a formar parte de los parámetros del lenguaje, y en consecuencia se sitúan en un proceso de constante evolución y son variables que pueden depender de otros factores.

Si la finalidad última es la comunicación, podría resultar paradójico encontrarnos con licencias ortográficas que no respetan el modo convencional de escritura y que, sin embargo, expresan a la perfección los conceptos y los ritmos internos, invisibles de otra manera. Como ejemplo de variable «en el extremo» se situarían los cambios en las formas de escritura que están imponiendo los nuevos medios de comunicación, chat, blog, SMS... que más que atacar a las viejas estructuras del lenguaje realizan de él un uso específico, adecuado a la velocidad y otras características del medio en cuestión; aun cuando lo correcto es respetar el uso de los signos de puntuación y evitar la degradación de la lengua castellana por modismos y anglicismos.

Raya

La raya (—), que no debe confundirse con el guión bajo (_) —especialmente en contextos informáticos— ni con el guión (-) —el cual es más corto— ya que tienen usos y significados muy diferentes, se usa para introducir un inciso dentro de un período más extenso y para señalar en los diálogos la intervención de cada locutor y los comentarios e incisos del narrador. Se escriben dos, una para abrir y otra para cerrar, excepto cuando el diálogo no prosigue, que es recomendable suprimir la última y sustituirla por el obligatorio punto; además, se escriben separadas del resto de la frase con un espacio, y pegadas al propio inciso. En el caso de los incisos puede sustituir a la coma para mayor aislamiento de los mismos, y también a los paréntesis, pero para expresar uno menor.[2]

Usos de la raya:

1. Para encerrar los elementos intercalados, en lugar de comas:

o Las prendas del espíritu joven —el entusiasmo y la esperanza— corresponden, en las armonías de la historia y la naturaleza, al movimiento y a la luz.

o Para lograr una buena imagen —que impacte— cuida tus modales.

o No iré sino mañana —dijo el niño.

2. En los diálogos de estilo directo, para separar el discurso de cada personaje:

—Luis, la primera impresión en una entrevista es definitiva.

—Lo sé y me estoy preparando.

—Te deseo mucho éxito.

SESIÓN 10: LA ACENTUACIÓN

La acentuación

La acentuación del español sigue patrones en parte predecibles y emplea el acento ortográfico en la escritura cuando estos no se cumplen. La acentuación gráfica está establecida actualmente por la Ortografía de la lengua española (1999) de la Real Academia Española.[]

El acento prosódico es la mayor fuerza con que se pronuncia una sílaba (sílaba tónica) de una palabra polisílaba cualquiera (de forma aislada) y de una monosílaba (si se encuentra dentro de su contexto). Este tipo de acento se encuentra en todas las palabras polisílabas y puede servir para diferenciar palabras según la sílaba sobre la que se encuentre: público (esdrújula), publico (grave) y publicó (aguda).

El acento gráfico o tilde, en cambio, no se utiliza siempre y sirve para marcar dicha sílaba en determinados casos que no se rigen por las reglas generales.

Aquellas palabras que se escriban en letra MAYÚSCULA llevarán acentos según la Real Academia Española.

Clasificación de las palabras según su acento

Las palabras agudas son aquellas que tienen el acento prosódico en la última sílaba.

con-ver-sar / pas-tor / o-ra-ción / com-pe-tir / va-lor / Or-le-ans



Las palabras llanas son aquellas que tienen el acento prosódico en la penúltima sílaba.

pro-tes-tan-te / li-bro / di-fí-cil / ra-bi-no / bí-ceps / án-gel



Las palabras esdrújulas son aquellas que tienen el acento prosódico en la antepenúltima sílaba.

prés-ta-mo / hi-pó-cri-ta / ag-nós-ti-co / cré-di-to / lle-gá-ba-mos



Las palabras sobreesdrújulas son aquellas que tienen el acento prosódico en una sílaba anterior a la antepenúltima sílaba. Se trata de dos tipos de palabras:

  • adverbios de modo terminados en -mente (palabras con dos acentos):

di-fí-cil-men-te / e-vi-den-te-men-te / fá-cil-men-te / ob-via-men-te

  • formas verbales formadas por la composición de dos pronombres personales átonos con una forma verbal:

có-me-te-lo / trá-e-me-la


Reglas básicas

Los monosílabos (sean átonos o no) no llevan tilde. Se exceptúan aquellos monosílabos tónicos que coinciden en su grafía con otros átonos, en cuyo caso se coloca tilde en el monosílabo tónico. Esta tilde se denomina tilde diacrítica. Su colocación (no sólo en los monosílabos) se describe en el apartado correspondiente.

Se acentúan todas palabras agudas que terminan en vocal, o en n o s solas.

tam-bién / ja-más / lec-ción / se-gún / a-de-más

Las palabras agudas que no terminan en vocal, o en n o s solas, nunca se acentúan.

vir-tud / na-cio-nal / re-loj / a-co-me-ter / Or-le-ans / fe-liz



Nunca se acentúan las palabras llanas que terminan en vocal, o en n o s solas.

me-dios / lla-na / re-ve-la / mo-do / sub-jun-ti-vo

Las palabras llanas que terminan en otras letras siempre se acentúan (a estos efectos no se considera la letra x representada por los fonemas /k/ + /s/, sino como tal, y por tanto, las palabras llanas terminadas en x llevan tilde).

di-fí-cil / cár-cel / au-to-mó-vil / bí-ceps / Gon-zá-lez / i-nú-til / án-trax



Todas las palabras esdrújulas se acentúan.

ás-pe-ra / es-drú-jula / ca-tó-li-co / pro-pó-si-to / éx-ta-sis


Todas las palabras sobresdrújulas se acentúan.

Una palabra es sobresdrújula (o también sobreesdrújula), cuando la acentuación fonética recae en su trasantepenúltima sílaba. Normalmente las palabras en castellano sobreesdrújulas llevan tilde (acento ortográfico). No obstante, en el caso de adverbios creados a partir de adjetivo con el sufijo -mente, solo se acentuarán en el caso de que el adjetivo lleve la tilde por sí solo. Por ejemplo, la palabra fríamente lleva tilde puesto que el adjetivo del que está formada (frío) también la lleva, sin embargo efectivamente no la lleva ya que tampoco la tiene efectivo.

Se forman añadiendo pronombres enclíticos al verbo, generalmente en modo imperativo: dígaselo, cuéntamelo, corríjaselo, prepáreselo, etc.


Tilde diacrítica

La tilde diacrítica se coloca sobre ciertas palabras para distinguir entre diversos significados del vocablo, según que sean tónicos o átonos. La tilde se coloca sobre la palabra tónica aunque según las reglas generales no corresponda colocar tilde. Hay varias categorías:

  1. monosílabos tónicos que coinciden en su grafía con otros átonos:
    • más (adverbio de cantidad): Quiero más comida.
    • mas (conjunción adversativa con el significado de pero): Le pagan, mas no es suficiente.

    • (pronombre personal): Es preciso que vengas tú.
    • tu (adjetivo posesivo): Dale tu cartera.

    • él (pronombre personal): ¿Estuviste con él?.
    • el (artículo): El vino está bueno

    • (pronombre personal): Todo esto es para mí.
    • mi (adjetivo posesivo): Trae mi calendario.
    • mi (nombre común): Concierto para oboe en mi bemol mayor.

    • (adverbio de afirmación): Él sí quería.
    • (pronombre reflexivo): Lo atrajo hacia sí.
    • si (conjunción condicional): Vendrá si quiero.
    • si (conjunción de interrogativas directa): Pregúntale si quiere venir.
    • si (nombre común): Concierto para piano y orquesta en si bemol.

    • (del verbo dar; cuando se le une algún pronombre, también se acentúa): Déme ese dinero.
    • de (preposición).

    • (de los verbos ser o saber): Yo no sé nada, Sé un poco más educado.
    • se (pronombre personal y reflexivo).

    • (nombre común): Póngame un té.
    • te (pronombre personal): Te voy a dar.

  1. para evitar confusiones, lo que se conoce como anfibología (en caso de que no existiese confusión, podemos prescindir de la tilde):
    • aún (adverbio temporal o de modo con el significado de todavía): ¿Aún no ha llegado?.
    • aun (resto de casos): Ni aun él pudo hacerlo.

    • sólo (adverbio equivalente a solamente): Sólo me quieres para eso.
    • solo (adjetivo con el significado de sin compañía): No estés sólo.

  1. en interrogaciones, admiraciones o expresiones de carácter dubitativo (también en oraciones que presenten un matiz interrogativo o dubitativo, aunque no existan signos de puntuación o admiración), también se acentúan:
    • cómo: ¡Cómo que no!, Me pregunto cómo habrá venido.
    • cuál: Esa es la habitación en la cual estuvieron, ¿Cuál es el tuyo?.
    • quién: ¿Quién lo ha dicho?
    • qué: Pídele lo que te debe, No sé qué hacer.
    • dónde: ¡Dónde fuiste a pedir dinero!.
    • cuándo: Hazlo cuando tengas tiempo, ¿Cuándo vienes?.
    • cuánto, cuán: No te imaginas cuán ridículo estás, ¿Cuantas cosas has traído?.

    • por qué (partícula interrogativa): ¿Por qué no vienes?.
    • por que (grupo átono formado por la preposición por más pronombre relativo o conjunción subordinante que). En el primer caso siempre es posible intercalar un artículo determinado: ¿Cuál es la razón por (la) que te fuiste?. La segunda aparece cuando el verbo antecedente rige la preposición por: Se decidió por que viniera Pepe.
    • porque (conjunción subordinante causal [átona]). Iré porque me lo pides, Porque te quiero a ti...
    • porqué (nombre): Este es el porqué de su decisión.
  1. el hecho de que tales palabras vayan en una oración interrogativa o exclamativa no significa que tengan sentido exclamativo o interrogativo. Si no lo tienen, no deben llevar tilde:
    • ¿Eres tú quien lo ha hecho? (la pregunta se refiere a )
    • ¡Vendrás cuando te lo diga!


Diptongos, triptongos e hiatos

Definiciones

Un diptongo es el conjunto de dos vocales dentro de una misma sílaba, una de las cuales será siempre una vocal cerrada (i o u). Por tanto, cuando observemos que las dos vocales que aparecen juntas dentro de una misma sílaba son abiertas (a, e u o), podemos afirmar que no hay diptongo. Por ejemplo, existirá diptongo en palabras como a-vión, Jai-me, cuer-po, viu-do..., pero no en hé-ro-e, a-ho-ra...

Existen tres tipos de diptongos:

  • diptongos crecientes, formados por una vocal cerrada más una vocal abierta: ia, ie, io, ua, ue, uo.
  • diptongos decrecientes, formados a su vez por una vocal abierta más una vocal cerrada: ai, ei, oi, au, eu, ou. Cuando se encuentran al final de la palabra, los diptongos ai, ei y oi se escriben ay, ay y oy, respectivamente.
  • diptongos formados por dos vocales cerradas, como iu, ui (este último se escribe uy cuando se encuentra a final de palabra [salvo en el caso de benjuí y algún otro más raro]). A efectos de acentuación, tal como estudiaremos posteriormente, los grupos formados por iu o ui se consideran siempre diptongos.

Un triptongo aparece cuando no son dos, sino tres, las vocales que aparecen dentro de una misma sílaba. La vocal situada en el centro es siempre abierta, en tanto que las de los extremos son cerradas. Existen siete posibles triptongos:

  • uai (escrito uay cuando este triptongo se halla a final de palabra): a-ve-ri-guáis, U-ru-guay...
  • uei (escrito uey cuando se encuentra a final de palabra): a-ve-ri-güéis, Ca-ma-güey...
  • iai: i-ni-ciáis...
  • iei: i-ni-ciéis...
  • iau: miau...
  • ioi: hioi-des...
  • uau: guau...

La presencia de una h intercalada no invalida la existencia de un posible diptongo o triptongo.

Cuando dos vocales se encuentran en contacto dentro de una palabra, pero no forman parte de la misma sílaba, se dice que existe un hiato. Existen tres clases de hiatos:

  • hiato producido por el encuentro por dos vocales abiertas. Siempre que se encuentran dos vocales abiertas, se produce un hiato: re-hén, al-de-a, le-ón...
  • hiato producido por el encuentro de una vocal cerrada tónica, situada delante o detrás de una vocal abierta átona: ba-hí-a, o-í-do, fan-ta-sí-a...
  • hiato producido por el encuentro de una vocal cerrada átona con abierta tónica (gui-ón, tru-hán...). Es el caso menos frecuente. Se trata siempre de palabras agudas terminadas en vocal o en n.

Como ya se ha comentado, el encuentro entre dos vocales cerradas, a efectos de acentuación, se considera como diptongo.

Colocación de la tilde

Diptongos

La acentuación de los diptongos sigue las reglas generales. Por lo tanto, si el acento de la palabra recae sobre una sílaba con diptongo, y a esta le corresponde una tilde según las reglas generales, esta tilde se coloca sobre la vocal abierta (a, e u o). Veamos algún ejemplo: co-rréis, hués-ped...

Cuando son dos vocales cerradas las que están en contacto (ui o iu), a efectos de acentuación, se considera que se trata de un diptongo. Del mismo modo que para el resto de los diptongos, si a dicho diptongo le corresponde una tilde, esta se coloca en el segundo elemento: ben-juí, cuí-da-te, je-suí-ti-co, des-truí, pero je-sui-ta, des-truir...

Existen excepciones a esta última regla. Las formas verbales huí, huís, huía, huían y huías (y sus equivalentes del verbo fluir) se acentúan.

Los onomásticos y patronímicos de origen catalán terminados en -iu o -ius, con acento prosódico en la i se escriben sin tilde: Montoliu...

Se escriben también sin tilde los vocablos agudos terminados en au, eu y ou. Se trata por lo general de patronímicos de origen catalán: Aribau, Salou, Bernabeu...

La y precedida de vocal al final de una palabra se considera como una consonante a efectos de acentuación, por lo que todas las palabras agudas terminadas en los diptongos ay, ey y oy se escriben sin tilde (guirigay, virrey...). No así sus plurales que constituyen palabras agudas terminadas en s. Los agudos terminados en uy (generalmente topónimos como Bernuy) siguen la misma norma y no se acentúan (sí lo hace benjuí).

Triptongos

En los triptongos se sigue la regla general de los diptongos. Se coloca la tilde en la vocal abierta del triptongo: a-ve-ri-guáis, li-cuéis...

En los triptongos agudos terminados en -uay y -uey se siguen las mismas normas citadas en los diptongos respecto a la y final y, por tanto, no se acentúan palabras como buey, Uruguay...

Hiatos

Si el hiato consiste en la unión de dos vocales abiertas, la tilde se coloca según las reglas generales: le-ón, co-á-gu-lo...

Si una de las vocales es cerrada, y el posible diptongo se ha deshecho debido a que sobre ella se carga la fuerza de pronunciación de la palabra, la tilde se coloca sobre esta vocal cerrada, independientemente de que le correspondiera según las reglas generales: ca-í-da, son-re-ír, re-ú-no, ba-ra-hún-da...

Cuando la vocal tónica es la abierta, se coloca sobre ella la tilde, toda vez que se trata siempre de palabras agudas terminadas en vocal o en n: lié, Sión, truhán...

Tilde diacrítica en los demostrativos

«Los demostrativos este, ese, aquel, con sus femeninos y plurales, pueden llevar tilde cuando funcionan como pronombres. Ejemplos:

Ésos son tus regalos, no éstos.

Aquéllas ganaron el campeonato.

Mi casa es ésta.

No llevarán tilde si determinan un nombre. Ejemplos:

Las preguntas de aquel examen me parecieron muy interesantes.

El niño este no ha dejado de molestar en toda la tarde.

Solamente cuando se utilicen como pronombres y exista el riesgo de ambigüedad se acentuarán obligatoriamente para evitarla. Existiría este riesgo en la siguiente oración:

Dijo que ésta mañana vendrá.

[ésta se refiere a una persona del género femenino antes mencionada]

Dijo que esta mañana vendrá.

[esta se refiere a esta mañana]

Hay que tener en cuenta que nunca llevan tilde los pronombres demostrativos que actúan como antecedentes de un pronombre relativo sin coma interpuesta entre ambos: Esos que trajiste no con adecuados.


La tilde en las palabras compuestas

  1. si la palabra compuesta procede de la unión de dos palabras simples, sólo lleva tilde la última componente si a la palabra compuesta le corresponde llevarla: contrapié, decimoséptimo, cortafríos, radiocomunicación... (pierde su tilde siempre la primera componente de la misma aunque la llevara cuando era simple: asimismo, decimoséptimo, tiovivo...).
  2. si las palabras se unen mediante guión (conservando la primera invariante la terminación masculina singular), cada vocablo conserva su tilde si ya la tenía previamente: físico-químico, anglo-soviético...
  3. en el caso de los adverbios de modo formados mediante la adición del sufijo -mente (que tienen en realidad dos acentos), se mantiene la tilde del adjetivo que origina el adverbio si ya la tenía: ágil-mente, rápida-mente...
  4. cuando a una forma verbal que ya tenía tilde se le añaden uno o varios pronombres, la tilde se mantiene: dé-me, movió-se...
si al reunir una forma verbal que no tiene tilde con uno o varios pronombres resulta una palabra esdrújula o sobreesdrújula, debemos ponerla: vámonos (de vamos), dáselo (de da), entrégaselo (de entrega) ...